De cruzar el charco, y otros temas
Monday, August 20th, 2007(Scroll down for the English version of this text)
ues sí, mi queridos internautas, me dispongo a ejecutar el salto acrobático por antonomasia: el triple mortal hacia atrás con doble de ketchup y bacon… El salto a los USA.
Si todo sale como esta previsto el dos de Septiembre cruzaré el charco para trabajar como expatriado durante dos años en Seattle.
La verdad es que tras de 8 años viviendo y trabajando como consultor en la Germania, tras haber sido curtido en mil batallas por toda centro-Europa como mercenario del software, y tras haber saboreado las mieles de la victoria y la amargura de la derrota en diversas guerras empresariales, me veo como un veterano de aquellos temibles Tercios Viejos españoles de Flandes que se embarca de repente en un Galeón rumbo a las colonias: con experiencia en el Viejo Continente, pero sin tener ni guarra de por donde vendrán los tiros (o las flechas) en el Nuevo Mundo.
Sea como fuere, he de admitir que el hecho de tener que afrontar esta nueva etapa de mi vida ha sido determinante para ponerme manos a la obra y hacer realidad mi viejo sueño de tener una website personal.
Cuando allá por mediados de los 90 esto de la Internet explotó y todo el mundo hacia sus pinitos con el HTML idolatrando a Tim Berners-Lee como a una dios, yo ya había designado a Maxwell, Fourier y Shannon como mis diablos personales. Durante 6 años no hice nada más que luchar contra sus teoremas y formulas, amén del profesorado de Teleco, parangón de profesionalidad y vocación, crisol sin par de la Universidad Española. Así que cuando el tren de la Internet paró delante de mi puerta y el revisor me preguntó que si quería subirme, todo lo que pude responderle fue que la probabilidad de que yo cogiera ese tren era igual al valor de la integral triple de campo del flujo electromagnético irradiado por una antena cuando el ancho de banda de la señal transmitida es muestreada con un tren de deltas doblemente espaciadas en el dominio de la frecuencia.
El revisor dijo “¿¿Comooorrrr??”, el tren arrancó y yo obviamente me quedé en tierra.
Algunos años más tarde el boom de la Internet dio lugar al nacimiento de a las llamadas Nuevas Tecnologías, y todo el mundo se puso a aprender XML, Java Script y Perl. Por aquel entonces yo estaba metido de lleno con acusativos, dativos, declinaciones y demás maravillas lingüísticas de ese gran idioma llamado alemán. Por no hablar de todo aquello que tuve que aprender al dejar el nido familiar, empezar a vivir solo, y trabajar en un país extranjero. Esta vez, cuando el tren paró de nuevo y el revisor me volvió a preguntar que si quería subirme, le contesté que “er mit mir Deutsch sprechen sollte“, que si sabía que formularios del banco eran necesarios para hacer la declaración de la renta en Alemania, y que si conocía un remedio para cuando el arroz se te pega en la olla y no sale ni con lija.
El revisor dijo “Jaaarrlllll!!!”, las puertas se cerraron, y por segunda vez volví a perder el tren del ciberespacio.
Por último, cuando no hace mucho tiempo llego la WEB 2.0, y los blogs, y el Flash, y el Ajax y diversas coñas similares, mi vida de mercenario del SW no me dejaba mucho tiempo libre para dedicarme al diseño web. Esta vez el revisor no pudo ni preguntarme; le dije que si quería hablar conmigo tendría que implementar la biblioteca IOStream en su arquitectura software, además de importar el interfaz serializable de la clase P2P_Communication.
El revisor tiró el comodín, Margarita el pañuelo agitó, el tren hizo pichacachá, y yo me volví a quedar en tierra. Esta vez, sin embargo, me puse las gafas de sol a lo terminator y solté un “I´ll be back” que se cagó la perra.
Así que aquí estoy de vuelta, sin recortada ni cazadora de cuero, pero con algunas ideas rondándome por la cabeza e intentando de una vez por todas coger el tren que he dejado pasar tantas otras veces. He pillado un billete de segunda clase, así que no tengo grandes aspiraciones para mi viaje. Me contento con llevar a cabo las tres o cuatro ideas que tengo (como por ejemplo el emular un códice medieval en el ciberespacio), hacerlo pasar bien (tanto a mí mismo como a los que me leen), y tener buena compañía, todo ello sin grandes alardes tecnológicos. Al fin y al cabo, esta página que ahora estáis leyendo y que tan lejos está de ser un prodigio de la técnica, me ha costado unas cuantas noches quijotianas, de esas de mucho leer y de poco dormir. Así que si buscáis una web “washandgo - headandshoulders”, creo que os habéis equivocado de salón, forasteros. Me conformo con algo sencillo, original y funcional, no sea que se me seque el cerebro como al ilustre hidalgo.
Un último aviso para navegantes: como el avispado lector se habrá percatado, la idea que persigo es tener una web bilingüe. Mis ocho años en Alemania han transformado a mi grupo de amigos y conocidos en algo parecido a la ONU, así que intentaré que los contenidos estén en ambos idiomas para que todos puedan leerme. Aun así no prometo nada en cuanto a cantidad y calidad de las traducciones, sobre todo en lo relativo a la versión inglesa ya que no soy angloparlante nativo. Además, traducir lleva mucho tiempo y ando algo escaso de tan preciado bien… así que podría ocurrir que algunas cosas estén escritas solamente en español y otras solamente en inglés. Sorry about that. Lo bueno es que así siempre tendréis la oportunidad de colaborar conmigo traduciendo; mandadme un email a la dirección de contacto y seréis recibidos con los brazos abiertos en el proyecto.
Una vez más, bienvenidos a mi Códice Digital.
PA.